Vacunas en adultos
Las vacunas son medicamentos biológicos que aplicados a personas sanas provocan la generación de defensas (anticuerpos) que actúan protegiéndole ante futuros contactos con los agentes infecciosos contra los que vacunamos, evitando la infección o la enfermedad.
Las vacunas constituyen una de las medidas sanitarias que mayor beneficio ha producido y sigue produciendo a la humanidad, previenen enfermedades que antes causaban grandes epidemias, muertes y secuelas. Las vacunas benefician tanto a las personas vacunadas como a las personas no vacunadas y susceptibles que viven en su entorno.
Mediante las vacunas hemos conseguido erradicar la viruela, estamos finalizando la erradicación de la poliomielitis en el mundo, el sarampión ha dejado de ser un problema frecuente en nuestro medio, no tenemos casos de difteria y otras enfermedades como la tos ferina, el tétanos, la hepatitis B, las meningitis meningocócicas B...están siendo controladas.
Aunque los niños son los que reciben la mayoría de las vacunas, los adultos también necesitan protegerse mediante la vacunación frente a gérmenes como los del tétanos, la difteria, el neumococo, la gripe, la rubéola...que son causa de enfermedades también en los adultos, en muchos casos mas graves que en los niños.
Por otra parte existen en el adulto estilos de vida o actividades laborales que aumentan el riesgo de exposición a los agentes infecciosos causantes de enfermedades prevenibles mediante vacunación y que orientan las recomendaciones específicas de vacunación: de la hepatitis B en trabajadores sanitarios; el tétanos en trabajadores de obras, agricultura, pesca, minería, etc. En otros casos la propia actividad laboral hace que el trabajador sea el agente transmisor a personas susceptibles: cuidadores de residencias de ancianos, personal sanitario...por lo que su vacunación reduce la probabilidad de que las personas atendidas por ellos contraigan la gripe, la hepatitis A, la varicela entre otras.
Un elemento adicional que explica la gran importancia de la vacunación en los adultos es la mayor gravedad que en ellos tienen algunas enfermedades (la varicela, la gripe en mayores de 65 años...) y en especial en adultos con enfermedades crónicas hepáticas, renales, pulmonares, cardiacas que hacen necesario prevenir infecciones por neumococo o la gripe, causantes con frecuencia de complicaciones o de que se agraven las enfermedades crónicas.
Calendario de vacunaciones del adulto
El calendario mínimo de vacunaciones de un adulto comprende las vacunas frente al sarampión, la rubéola y la parotiditis; la gripe, el tétanos-difteria y la vacuna frente al neumococo. Según la actividad profesional, estilos de vida, viajes...son de indicación frecuente la vacuna frente a la Hepatitis B o frente a la Hepatitis A.
VACUNAS AÑOS
18-34 35-64 >64
Gripe(a) X
Neumocócica (b) X
Td (c) X X X
Rubéola (d) X X X
(a) Una dosis anual.
(b) Una dosis. Poner una segunda dosis si la primera se aplicó antes de los 65 años y han transcurrido más de 5 años.
(c) Una dosis de recuerdo cada 10 años.
(d) Deben estar vacunadas todas las mujeres en edad genésica (logísticamente es aconsejable una dosis de TV).
Es importante recordar la necesidad de que también los adultos guarden el carné de vacunaciones para presentarlo en el sistema asistencial en caso de accidente, intervención quirúrgica y para el correcto seguimiento de la aplicación de las dosis de recuerdo de las vacunas.
Efectos secundarios de las vacunas.
Aunque las vacunas se consideran medicamentos muy seguros, en ocasiones pueden aparecer algunas reacciones adversas como: enrojecimiento leve y dolor en el lugar de la inyección, fiebre o dolores musculares. En contadas ocasiones se han presentado reacciones alérgicas fuertes a alguno de los componentes de las vacunas.
Como ocurre con todos los medicamentos, existe un riesgo de que ocurra algún problema, pero este riesgo es siempre mucho menor que el derivado de contraer la enfermedad.
Dr. GASTON GONZALEZ PALMA
Apoquindo 4100, metro Alcántara, las Condes
TEL 02-29209808
Las vacunas son medicamentos biológicos que aplicados a personas sanas provocan la generación de defensas (anticuerpos) que actúan protegiéndole ante futuros contactos con los agentes infecciosos contra los que vacunamos, evitando la infección o la enfermedad.
Las vacunas constituyen una de las medidas sanitarias que mayor beneficio ha producido y sigue produciendo a la humanidad, previenen enfermedades que antes causaban grandes epidemias, muertes y secuelas. Las vacunas benefician tanto a las personas vacunadas como a las personas no vacunadas y susceptibles que viven en su entorno.
Mediante las vacunas hemos conseguido erradicar la viruela, estamos finalizando la erradicación de la poliomielitis en el mundo, el sarampión ha dejado de ser un problema frecuente en nuestro medio, no tenemos casos de difteria y otras enfermedades como la tos ferina, el tétanos, la hepatitis B, las meningitis meningocócicas B...están siendo controladas.
Aunque los niños son los que reciben la mayoría de las vacunas, los adultos también necesitan protegerse mediante la vacunación frente a gérmenes como los del tétanos, la difteria, el neumococo, la gripe, la rubéola...que son causa de enfermedades también en los adultos, en muchos casos mas graves que en los niños.
Por otra parte existen en el adulto estilos de vida o actividades laborales que aumentan el riesgo de exposición a los agentes infecciosos causantes de enfermedades prevenibles mediante vacunación y que orientan las recomendaciones específicas de vacunación: de la hepatitis B en trabajadores sanitarios; el tétanos en trabajadores de obras, agricultura, pesca, minería, etc. En otros casos la propia actividad laboral hace que el trabajador sea el agente transmisor a personas susceptibles: cuidadores de residencias de ancianos, personal sanitario...por lo que su vacunación reduce la probabilidad de que las personas atendidas por ellos contraigan la gripe, la hepatitis A, la varicela entre otras.
Un elemento adicional que explica la gran importancia de la vacunación en los adultos es la mayor gravedad que en ellos tienen algunas enfermedades (la varicela, la gripe en mayores de 65 años...) y en especial en adultos con enfermedades crónicas hepáticas, renales, pulmonares, cardiacas que hacen necesario prevenir infecciones por neumococo o la gripe, causantes con frecuencia de complicaciones o de que se agraven las enfermedades crónicas.
Calendario de vacunaciones del adulto
El calendario mínimo de vacunaciones de un adulto comprende las vacunas frente al sarampión, la rubéola y la parotiditis; la gripe, el tétanos-difteria y la vacuna frente al neumococo. Según la actividad profesional, estilos de vida, viajes...son de indicación frecuente la vacuna frente a la Hepatitis B o frente a la Hepatitis A.
VACUNAS AÑOS
18-34 35-64 >64
Gripe(a) X
Neumocócica (b) X
Td (c) X X X
Rubéola (d) X X X
(a) Una dosis anual.
(b) Una dosis. Poner una segunda dosis si la primera se aplicó antes de los 65 años y han transcurrido más de 5 años.
(c) Una dosis de recuerdo cada 10 años.
(d) Deben estar vacunadas todas las mujeres en edad genésica (logísticamente es aconsejable una dosis de TV).
Es importante recordar la necesidad de que también los adultos guarden el carné de vacunaciones para presentarlo en el sistema asistencial en caso de accidente, intervención quirúrgica y para el correcto seguimiento de la aplicación de las dosis de recuerdo de las vacunas.
Efectos secundarios de las vacunas.
Aunque las vacunas se consideran medicamentos muy seguros, en ocasiones pueden aparecer algunas reacciones adversas como: enrojecimiento leve y dolor en el lugar de la inyección, fiebre o dolores musculares. En contadas ocasiones se han presentado reacciones alérgicas fuertes a alguno de los componentes de las vacunas.
Como ocurre con todos los medicamentos, existe un riesgo de que ocurra algún problema, pero este riesgo es siempre mucho menor que el derivado de contraer la enfermedad.
Dr. GASTON GONZALEZ PALMA
Apoquindo 4100, metro Alcántara, las Condes
TEL 02-29209808